Una de las preguntas más usuales en fotografía es ¿qué tan importante es el equipo para lograr una buena fotografía?
La respuesta políticamente correcta -y la que más gusta entre todas- es la que dice «que lo importante es el fotógrafo y no el equipo«.
También existe quien asegura que entre mejor es el equipo, mejor será la calidad de la imagen. Y en cierto sentido no es completamente falso.
Pero las cosas no son tan simples como parecen.
Por ejemplo, uno de los factores que tiene mucho peso en una fotografía es la composición, y esta no se relaciona de ninguna manera con el costo de el equipo.
Lo primero que tenemos que recordar es que una fotografía está compuesta de diferentes elementos, y de todas las variables que la componen no todas están relacionadas a la gama de la cámara con la cual fueron tomadas.

Y aunque parezca evidente, tenemos que mencionar que lo que estamos fotografiando tampoco tiene relación con la cámara o el lente. En este sentido no solo hablamos del sujeto a fotografiar, sino de que algunas de las mejores fotografías del mundo lo son por que fueron realizadas en el momento justo.

Asimismo la luz -su diseño y calidad- no están relacionadas con la cámara de ninguna manera.
Por el lado contrario, hay variables que sí tendrán una relación directa con el equipo, como pueden ser el bokeh (calidad de desenfoque cuando hay una baja profundidad de campo), el rango dinámico, el ruido, la nitidez, etc.

Además de otras variables que pueden afectar la calidad de una imagen como pueden ser estabilizadores de imagen, velocidad de enfoque de los lentes, aperturas, suavidad del diafragma, manejo del color, etc.
Aún sabiendo todo esto, no hay una respuesta general y definitiva a la pregunta inicial, pero sí podemos hablar de dos caminos que nos van a ayudar a tener una idea clara sobre el peso del equipo en la calidad de una fotografía.

Podemos afirmar que un equipo caro no siempre es necesario para realizar una buena imagen, pero acotando lo siguiente: El conocimiento del fotógrafo debe ser suficiente para conocer los alcances y capacidades de la cámara que está utilizando.
Por ejemplo, si solo disponemos de un lente 18-55mm básico no vamos a intentar fotografiar la Luna y todos sus cráteres, vamos a usar más prudentemente el equipo haciendo -por ejemplo- paisajes en el extremo angular, y utilizando el otro extremo si deseamos hacer un retrato casual.
Si por ejemplo no contamos con estabilizador de imagen, intentaremos hacer las imágenes con suficiente luz, o echaremos mano a un trípode y un disparador externo o el temporizador para que haya limpieza en la ejecución de nuestra fotografía.
Incluso, si utilizamos un móvil, buscaremos sacar el mejor provecho de acuerdo a las cualidades de las cámaras con las que este cuente.

En definitiva, podemos hacer imágenes increíbles usando cualquier cámara, pero siempre apegándonos a las capacidades y cualidades de nuestro equipo.
Sin embargo, cuando nos dedicamos a la fotografía, de alguna manera sí necesitamos un buen equipo, porque no tenemos todo el tiempo del mundo para lograr cierta cantidad de imágenes, porque un evento es irrepetible y no podemos darnos el lujo de volver a hacer el trabajo, porque no siempre tendremos las mejores condiciones de luz y a veces hay que echar mano del ISO, porque a veces trabajamos en producciones que costaron muchísimo dinero y no podemos aceptar una descompostura de equipo a medio shooting. Así mismo, porque hacemos muchísimas fotos y solo equipos de gama alta soportan ese nivel intensivo de uso.

Al final, podemos decir que no es necesario un equipo de gama alta para hacer una buena fotografía, pero sí es necesario equipo de gama alta para dedicarnos a la fotografía y asegurar la calidad a nuestros clientes.
Abrazos y muchísima salud!